¿Consolidación Democrática en Venezuela?
Datos entre 2006 y 2023 indican el nivel de calidad democrática y su relación con la victoria de Maduro
¿Cómo medir la calidad y el estado de la democracia de un país? En primer lugar, es importante señalar que no existe consenso académico sobre un método específico para medir el nivel de democracia. A pesar de esto, diversas instituciones de investigación y otras organizaciones hacen aproximaciones mediante los llamados “índices de democracia”, los cuales intentan evaluar cuantitativa y comparativamente la consolidación democrática en una región o país determinado.
Considerando la diversidad de metodologías de cada índice, se presenta el desempeño de Venezuela en dos de los principales medidores de democracia: el Democracy Index de The Economist y el V-Dem (Varieties of Democracy) de la Universidad de Gotemburgo.
Democracy Index
El Democracy Index se basa en 60 indicadores agrupados en cinco categorías, midiendo el pluralismo, las libertades civiles y la cultura política. Además de una puntuación numérica y un ranking, el índice categoriza cada país en uno de los cuatro tipos de régimen: democracias plenas, democracias imperfectas, regímenes híbridos y regímenes autoritarios, con conceptos que varían entre 0 y 10. El primer informe se publicó en 2006 y se repitió cada dos años hasta 2010, cuando pasó a ser anual.
El análisis del primer gráfico evidencia una caída continua en la calidad de la democracia venezolana. Entre 2006 y 2015, el índice de democracia varió entre 5,4 y 5, indicando un régimen democrático imperfecto, pero aún funcional en algunos aspectos. A partir de 2016, se observa una caída acentuada, con el índice cayendo de 4,7 en 2016 a 3,9 en 2017, sugiriendo una transición hacia un régimen híbrido, donde comienzan a prevalecer características autoritarias.
La caída más acentuada ocurrió entre 2017 y 2021, con el índice cayendo a 2,1 en 2021. Este período coincide con una serie de eventos políticos y económicos adversos, incluyendo la crisis económica, hiperinflación, escasez de alimentos y medicinas, pandemia de la COVID-19, represión política y migración masiva, incluso hacia Brasil. La disminución continua del índice refleja el aumento de la erosión democrática, aunque hay una ligera recuperación en los últimos dos años. Sin embargo, según este índice, Venezuela aún se encuentra en la categoría de regímenes autoritarios.
V-Dem
El segundo índice, el V-Dem, adopta un concepto amplio de democracia, que considera aspectos electorales y de participación política. El indicador varía de 0 (autoritario) a 1 (democrático), en el cual los regímenes híbridos tienen valores intermedios. Actualmente, este índice es considerado el más importante proveedor de datos cuantitativos sobre la calidad de la democracia en el mundo.
A partir del análisis del segundo gráfico, se percibe que el V-Dem corrobora el Democracy Index, confirmando la acentuada caída de la calidad democrática de Venezuela. Utilizando los mismos años del índice anterior, entre 2006 y 2012 se observa una disminución gradual de 0,454 a 0,401. Este período coincidió con los últimos años del gobierno de Hugo Chávez, durante los cuales ocurrieron varios cambios políticos e institucionales.
Entre 2013 y 2017, la caída se volvió más acentuada, con el índice cayendo de 0,401 a 0,235. Este período incluyó la transición de poder a Nicolás Maduro tras la muerte de Chávez en 2013. Maduro enfrentó una crisis económica, resultando en una escasez generalizada de bienes esenciales e hiperinflación. Para mantener el poder, el presidente intensificó la represión política, incluyendo prisiones de opositores y violencia contra manifestantes.
A partir de 2018, el índice permaneció consistentemente bajo, oscilando alrededor de 0,207 hasta 2023. Durante estos años, el gobierno de Maduro continuó enfrentando profundos desafíos económicos y políticos. Las sanciones internacionales, principalmente los embargos económicos liderados por EE. UU. y el aislamiento diplomático, agravaron la crisis humanitaria y deterioraron aún más la calidad democrática.
Ambos los gráficos exponen visualmente un preludio para el proceso electoral de 2024, cuyo resultado fue oficializado el 29 de julio de 2024. El actual presidente, Nicolás Maduro, fue reelegido para otros seis años de gobierno, obteniendo el 51,2% de los votos con el 80% de las mesas escrutadas, frente al 44,2% del principal candidato de la oposición, Edmundo González Urrutia.
La caída continua en los dos índices de democracia presentados indica un deterioro de las instituciones democráticas en el país, lo cual puede estar relacionado con la forma en que los gobiernos chavistas han ejercido y ejercen el poder. Esta relación entre el gobernante, la represión política a opositores y el control del órgano electoral (Consejo Nacional Electoral), sumada al contexto autoritario, puede ser la clave para comprender la nueva victoria de Maduro en 2024.